Quiero empezar este artículo con una expresión marinera mencionada por mi gran amigo «El Capitán Oliver», que utilizada en su sentido más literal alude al tiempo atmosférico «Después de la tormenta viene la calma» Pero, que aplicada y contextualizada en una estructura clásica de refrán, escrita entre bastidores y aguarrases, anima a ser optimistas cuando las circunstancias son adversas.
En primer lugar desglosaré en este artículo la obra que ha puesto en jaque a todas las redes sociales y a los medios de comunicación, siendo «Trending Topic» dos días consecutivos durante la Feria de Arte Contemporáneo ARCO.
En el siglo XIX un grupo de artistas franceses «los incoherentes» se propusieron desafiar a la tradición artística con propuestas irreverentes. Como la titulada «Album Primo-Avrilesque», una colección de cuadros monocromáticos, o el lienzo en blanco firmado por Alphonse Allais también se constituyo al más puro gamberrismo artístico. Ya en el siglo XX es Malévich quien nos muestra el suprematismo. Un lienzo en negro. Duchamp deslumbró al mundo artístico en 1917 con «la fuente». El artista, genio en su momento y avanzado a su tiempo, tuvo la idea de trasladar un objeto cotidiano, en este caso un urinario e instalarlo en un museo convirtiéndolo en objeto de arte. Desde entonces el mundo artístico cambió su punto de vista.
Tal vez quiera justificar así la obra del cubano afincado en Cali Wilfredo Prieto y su vaso de agua medio lleno, que hemos visto en el stand de la galería Noguera Blanchard en ARCO. El argumento empleado para la descripción de esta pieza viene a ser, de forma enredada, un significado puramente artístico de lo cotidiano. Un objeto democratizado, explicaba el galerista.
En segundo lugar determinemos el origen etimológico de las dos palabras que dan forma a este titular que ahora vamos a analizar. Obra de Arte. Ambas proceden del latín: Obra, emana del vocablo “opera”, que puede traducirse como “trabajo”. Arte, podemos determinar que es fruto de la evolución del término “ars”, que es sinónimo de “obra de gran creatividad”
Créanme si les digo que siento cierta extrañeza al descubrir que el vaso medio lleno de Wilfredo Prieto lleva una gran dosis de creatividad y siguiendo su carrera, un trabajo de producción en cada uno de sus proyectos. Lo que para mi define perfectamente una obra de arte. No entiendo como puede ser considerado como un auténtico tema de discusión, debate y posible polémica. Entendería tal discusión si el vaso estuviera medio vacío.
Yo estuve frente a la obra de Prieto y todos aquellos que hayan sido retratados en alguna ocasión, reconocerán esta clase de sensación: ¿me parezco realmente al cuadro, o quizá sea el cuadro el que realmente se parece mas a mí que yo mismo? Mi sorpresa es mayor y me lleva a expresar estas líneas al ver la atención que le hemos prestado a esta obra sin estar, ninguno de nosotros, retratados en su obra y siendo un simple vaso, agua y un pedazo de madera, los protagonistas. Entre todos; historiadores, críticos, periodistas, curiosos deberíamos fundar y propagar un «ismo» por el estudio y el trabajo de este joven artista.
Soy el primero en reconocer que las grandes obras de arte se nos presentan rodeadas de misterios que debemos observar en profundidad. No sé que pensarán de mi los historiadores del arte pero la historia del arte no es una ciencia exacta y debemos admitir un margen de error en nuestro punto de vista. Por lo que aceptar o rechazar la obra de Wilfredo Prieto y rehusar o admitir que cueste lo que cuesta, no es cosa de ningún historiador, ni crítico, simplemente de la persona que esté dispuesta a pagar lo que vale. Eso sí, con el optimismo de tener un vaso medio lleno y no un vaso medio vacío. A diferencia del refrán, después de la calma de su creación viene la tormenta de la especulación. Así es el arte, puro teatro.
Por Gori Vicens
