Anivas Nartsirt (Libano, New York, 1980) es uno de esos fotógrafos icónicos, vive en su propio mundo de ficción, no dispone de redes sociales, ni las necesita, no publica sus fotos en ninguna revista comercial. Hace fotos, cómo dice él: “Porque me siento feliz haciéndolo”.
Formó parte, como batería, de una banda de rock, bastante conocida, en la pasada década. Hizo giras por Estados Unidos, también por Europa y Asia, vivía bien, muy bien.
Un día lo dejo todo, cogió una cámara y se puso a pasear por su cuenta retratando lo que otros no ven, dando una ejemplaridad en sus fotografías diferentes a otros fotógrafos. Captar el mundo perdido, ciudades fronterizas abandonadas, desiertos donde el humano ha dejado la huella a su paso, lugares inhóspitos donde la decadencia y el abandono se convierten en puro arte arquitectónico. “De momento hago las fotos y las voy coleccionando, el día que quiera ya prepararé una exposición o un libro, entonces para que tener que enseñarlas hoy”.
A día de hoy, publica sólo en medios independientes, revistas que le gustan personalmente “He recibido ofertas para publicar en revistas comerciales y he declinado”. No lo hace por dinero si no por pasión a un arte.
Hemos querido hacer un experimento con quién siempre busca en su trabajo el aspecto estético y la fijación de los pequeños detalles, un artista que busca siempre los lugares que rehúyen de turistas y forma en imágenes una atmósfera pesada y natural. Arquitectura retratada.
Le propusimos un viaje por Euskadi y por sus ciudades más visitadas, Bilbao y San Sebastián. Este es el resultado