Una cámara de la fabrica alemana Leica es la más cara de la historia y no precisamente por su uso de tecnología punta. Una galería austríaca subastó un modelo del año 1923 por 1.2 millones de euros a un coleccionista asiático. La cámara obtuvo un precio mucho mayor del esperado, ya que la valoración de la misma rondaba los 400.000 euros.
Se trata de un ejemplar de los 25 prototipos fabricados por la empresa alemana en 1923, antes incluso de la creación de la propia marca. El prototipo se usó para patentar el aparato en Estados Unidos.
La casa Leica está considerada un mito de la historia de la imagen, ya que revolucionaron la fotografía de su época con máquinas de poco peso y con una gran capacidad para captar la luz natural. Fueron la seña de identidad de los fotógrafos de la agencia Magnum durante muchísimos años, entre los que se encuentran Henri Cartier-Bresson o el fotoreportero Robert Capa, que probablemente no podría haber realizado sus trabajos -entre ellos el famosísimo soldado republicano- de no tener en sus manos una funcional y compacta máquina de la casa Leica.
