GRIP FACE & MIJU LEE, Memorándum de lo cotidiano

Cada día de nuestras vidas nos encontramos con una gran cantidad de seres, incontables objetos, espacios y situaciones. Experimentamos multitud de sentimientos y vivencias de los cuales hacemos una selección (consciente o inconsciente) para poderlos guardar en algún lugar de nuestra memoria. A veces, no es tan fácil retener los recuerdos intactos a largo plazo y la mente puede llegar a crear de falsos. Pero, ¿qué quiere decir que sean “falsos”? ¿Que quizás es menos real un recuerdo fruto de la abstracción y la reconstrucción de la memoria que uno que ha tenido la suerte (o no) de permanecer congelado en un video o fotografía de un dispositivo móvil? Hoy, la autenticidad de los hechos, las personas y las cosas parece vivir una relación de dependencia directa con la representación y la aprobación pública. Y esta esfera pública ya no es posible sin los vínculos propios de la sociedad digital. Los valores, la moralidad, los significados mutan al ritmo que lo hace el dispositivo tecnológico y nos obliga a cuestionarnos nuestro papel dentro de este “nuevo” engranaje, sin olvidar nunca todos nuestros anteriores referentes.

Grip Face (David Oliver, Palma, 1989) y Miju Lee (Corea del Sur, 1982) forman parte de la etiquetada como “Generación Y” (también conocidos como “millennials”), y es desde esta posición generacional (pero culturalmente diferente) que los dos creadores generan sus respectivos discursos artísticos. Inmersos en un entorno en que el mundo online y el offline conviven sin unos límites muy marcados, la también llamada “generación perdida” ha experimentado y se ha desarrollado en la libertad ofrecida por la era post-internet. Las redes sociales han sido el campo de cultivo de un modo de vivir y una nueva forma y significado del verbo “compartir”.

En un momento en que nuestro comportamiento, estilo de vida, interacciones, gustos, expectativas están tan marcados por los contenidos digitales, hay poco espacio para escapar de la pretensión y el juego de apariencias de las pantallas. En este sentido, Miju Lee lleva a cabo un difícil ejercicio personal y artístico a través del cual rehúsa de una manera muy particular esta forma de vivir, centrándose en recoger el más espontáneo de su propia vida y dejándose llevar por el que es fortuito. Plasmándolo sin ningún tipo de arrogancia, y desde la más profunda subjetividad, sus pinturas y cerámicas tan solo se rigen por las reglas de su imaginación. “Table of the day” es la gran ventana de esta muestra, que, a modo de mirilla, nos deja asomarnos hacia el universo del artista: su escritorio, su “habitación propia”. Una aparentemente arbitraria mezcla de elementos cotidianos y de ensoñación: plantas, lápices, cerillas, enchufes, rostros elocuentes, un perro y un gato. El juego de proporciones, planos superpuestos, colores y formas geométricas nos obligan a detenernos durante un momento a fin de poder identificar todos los trazos, objetos e insinuaciones cómplices. De lo contrario, también podemos juguetear a averiguar el significado de su propio ecosistema y recrearnos a conectar con cada una de las piezas, esta vez desde nuestra propia cotidianidad. La observación pausada es un requerimiento imprescindible con la obra de Miju Lee: sólo de este modo seremos capaces de apreciar todos los detalles, por muy pequeños y sutiles que puedan llegar a ser. También es el punto de partida para la artista: la contemplación de la realidad que la rodea, un ejercicio curioso, meticuloso y natural, en que el sentido del humor y la sinceridad son los grandes ejes que articulan su particular lenguaje artístico.

De la misma forma, la obra de Grip Face se fundamenta en la observación crítica y minuciosa del mundo actual, en que la inmediatez y superficialidad de las redes sociales determinan nuestro comportamiento y condicionan nuestra vida privada y nuestra forma de relacionarnos con los otros y con nosotros mismos. La instalación “Digital Anxiety” nos invita a interpelarnos y a reflexionar sobre nuestra propia imagen e identidad, tanto en el mundo físico como dentro del entorno virtual. ¿Es la interfaz y la nueva gramática icónica el futuro del proyecto capitalista neoliberal? ¿Es posible discernir entre lo íntimo y lo que se encuentra al alcance global? Hagamos la prueba y coloquémonos ahora ante un espejo común. Observémonos detenidamente el rostro durante más de cinco segundos. Con el paso del tiempo, la incomodidad y la confusión de observarse a un mismo aumenta, pero pasar más tiempo en contextos reales es también, y solamente, cuestión de práctica.

Miju Lee y Grip Face comparten esta necesidad de introspección y los dos demuestran una gran capacidad a la hora de explorar las diversas formas de tomar conciencia de un mismo. Después de la residencia artística conjunta en Mallorca entre los meses de enero a abril de 2023 en La BIBI Gallery, que resultó en el tándem expositivo titulado “Find an Offline Shelter” celebrado en París, Miju y Grip dejan ver la forma complementaria en que dialogan sus obras. C.O es el lugar donde se encuentran sus manos: el escritorio de Miju Lee se encuentra ahora repleto de los recuerdos de ambos. A modo de altar cotidiano, los yetis de Miju comparten espacio con las máscaras de Grip, y parece que lo han hecho siempre así. La yuxtaposición de sus visiones, hibridaciones y guiños nos vuelven a sumergir en la espiral de incertidumbres, esperanzas y miedos cotidianos de nuestra vida hiperconectada y revelan la necesidad de continuar explorando vías para comprender mejor quién somos y quiénes nos gustaría ser.

Por Sofia Moisés Pizà

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