Hay ciudades donde un día encuentras cosas desconocidas. Plazas y calles a la luz del día que conviven con un patrimonio oculto. Patios que permanecen en la sombra o cuadros que desconoces.
Este último caso puede que sea el de La salita, una de las mejores piezas de Equipo Crónica, dúo de artistas formado por Rafael Solbes y Manolo Valdés del que este año se cumplen medio siglo de su formación. Emblemas del pop patrio, actualmente cuentan con una antológica en el Museo de Bellas Artes de Bilbao comisariada por Tomás Llorens, quien ya anteriormente había trabajo y escrito sobre los artistas. Es la mayor exposición hasta la fecha de la obra de Equipo Crónica e incluye más de 150 piezas entre pintura y escultura.
En Palma tenemos la suerte de tener una de sus piezas más interesantes en la Fundación Juan March, situada en la calle San Miguel. La salita -ese es el título del cuadro- es un gran formato de 2 metros por 2 metros realizado en tintas planas y donde se recoge el testigo de Velázquez a la hora de plantear unas meninas contemporáneas. Lo más llamativo de la obra es que está situada en un piso típico del momento en el que fue pintado: una casa de la España de los setenta, donde conviven la sempiterna colección Salvat con un patito de goma para pasar las vacaciones en la costa.
La intención crítica de los artistas es clara, ya que la obra está firmada en 1970 y en un momento político especialmente delicado para España. El tardofranquismo parece menos duro pero se continúan ejecutando presos políticos en un régimen sin garantías. El pop cargando de sentido crítico de Equipo Crónica se opone al informalismo, cuyas obras de carácter abstracto no hablaban de la realidad política del momento.
La presencia de esta obra en la colección no es la única. También cuenta con la obra de El Greco «El hombre con la mano en el pecho» pero pasada por el tamiz pop. En palabras de Fernando Huidici: «pese a conservar una estructura análoga a la de la estancia pintada por Velázquez, el escenario planteado por el Equipo Crónica en La salita no es, ni remotamente, de la misma naturaleza.(…) Solbes y Valdés hacen en este caso un guiño que remite, en mención ya algo más oblicua, a otra obra de referencia de la que toma finalmente su origen el término pop al que se asimilan en lo esencial los códigos sintácticos»
El museo mallorquín también tiene en su fondo una escultura de madera de una menina, en este caso firmada por Manolo Valdés. Cuando falleció Rafael Solbes, el artista valenciano continuó con su carrera y las meninas de nuevo se convirtieron en su tema de referencia.
