Mark Reavy el fotógrafo homeless

Escribo este artículo porque hace unos años conocí a Mark Reavy en el desfile de Mark Jacobs en Nueva York y jamás imaginé está historia cuando estábamos charlando y tomando unas margaritas en el backstage del diseñador americano. Con su porte elegante, seguro de si mismo -parece más un modelo que un fotógrafo- ni por asomo me hubiera imaginado que después de esos cócteles Reavy se marcharía a dormir a la intemperie.

Para mucha gente del mundo de la moda parecía llevar una vida muy glamourosa. Fotógrafo de moda, guapo, vestido siempre impecable, carismático y simpático, la vida que muchos querrían llevar. Acudía a los desfiles y a las fiestas de modelos con su cámara pero cuando se apagaban las luces de las pasarelas Reavy se subía al Rooftop del East Village, donde anteriormente había celebrado fiestas con modelos y famosos, se instalaba debajo de las máquinas de aire acondicionado con un saco de dormir y un poncho mexicano y allí, sin que nadie le viera, dormía y pasaba los días. Lo que tendría que ser su cobijo por unos días fue su hogar durante seis años. Por la mañana y por una cuota mensual de 70 dólares acudía a un gimnasio donde se aseaba, duchaba, conseguía recargar el móvil y dejar las cámaras en un lugar seguro. Unas fotos para la revista Dazed and Confused y algunos trabajos de extra le permitían disponer del dinero justo para comer y alimentarse de café pero no para permitirse una habitación en una de las ciudades más caras del mundo.

Después de seis años, la historia de su vida es la protagonista del último documental de Thomas Wirthensohn «Homme Less» un documental premiado en festivales que retrata la vida de un sueño americano truncado.

Yo viví en Nueva York seis años, los mismos que Mark ha pasado viviendo en el terrado de un edificio del East Side. Cada seis meses me paseo por la ciudad y es fascinante como aún pasan cosas en esta ciudad que ni por asomo te las podrías imaginar en otro lugar del mundo. Nueva York es dura, cara, solitaria pero es adictiva. No puedes estar lejos de ella pero tampoco puedes estar en ella. Lo decía Frank Sinatra «If I can make it there, I’m gonna make it anywhere». La soledad es muy dura y te hace perder la cabeza. Como diría un Neoyorkino: «Be alone if you want but you have never be lonely».

Por Mendes

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