La práctica artística de Ian Waelder (Madrid, 1993) se fundamenta en la recolección de fragmentos, tanto materiales como relatos aparentemente ficticios, desechados y caídos en el olvido. Su trabajo explora líneas conceptuales que a veces se cruzan: por un lado, la poética del accidente, y, por el otro, la memoria desde el resto o la huella, aislando pequeñas historias materiales y estirando las posibilidades del lenguaje en relación con su biografía.
«even in a language that is not your own», el nuevo proyecto de Ian Waelder para Es Baluard Museu, comienza con una investigación sobre la genealogía familiar del artista, la Historia reciente y los paralelismos entre cuerpo y máquina; al mismo tiempo, nos invita a reflexionar sobre la orientación, el habla y aquellos gestos nimios que sustituyen las palabras.
Con esta exposición Waelder invita al espectador a transitar un recorrido basado en una estructura separada tanto del museo como del trajín cotidiano. Se trata de llevarle hacia un periplo por una especie de interzona que bien podría ser una cavidad oral, un espacio entre lo real y lo imaginario; o bien la sala de máquinas de una abstracción familiar, ahí donde se articula materialmente el habla.
Si la Historia se observa desde el prisma irreducible de lo personal, Waelder propone llevar a cabo su pesquisa por medio de un recorrido repleto de historias, pequeños comentarios que abren un amplio abanico de posibilidades y desvíos; notas al pie de página del texto principal.
Esta exposición y su recorrido se plantea como un todo en el que hay que orientarse. La estructura física de esta zona de paso soporta una serie de intervenciones, imágenes y esculturas, que no se quieren articular en una secuencia lógica ni discursiva. Por el contrario, se plantea como un todo en el que primero hay que perderse para, sucesivamente, orientarse y, eventualmente, encontrar un camino.
La exposición pauta su estructura fundamental, como un laberinto, en un mapa en blanco; un boceto con indicaciones enigmáticas o lacónicas donde el espectador debe descifrar pequeños apuntes dibujados de memoria o escritos en completa oscuridad.
Los elementos que el artista dispone tratan de apelar al espectador para involucrarle y desplazarle hacia una experiencia compartida, un tipo de memoria común que se transmite de manera oral, quizá imprecisa, seguramente incompleta. Y, sin embargo, reconocible.
Su estructura nos lleva a una especie de interzona suspendida, como si estuviéramos desplazados dentro de la lengua o el lenguaje de otro, y en la que, tras un primer momento de pérdida de los referentes habituales, finalmente nos sorprende al comprender y resultarnos incluso familiar. El formato expositivo ha sido pensado y realizado como un discurso oral que continuamente apela a lo personal y a lo político, introduciéndonos en un habla que nos susurra a cada paso, descifrando huellas y fragmentos abiertos a la espera del espectador.
Comisariado: Francesco Giaveri
Museu Es Baluard, Palma
Hasta el 18 de febrero de 2024