Patxi Xabier Lezama, La arquitectura digital del futuro

Patxi Xabier Lezama investiga la arquitectura en el III milenio aplicando conocimientos de diferentes ramas integrando en su obra el uso de aplicaciones de inteligencia artificial.

 Experiencia artística abierta y viva en los canales de la dimensión experimental. La esencia y la imagen voluble se conjuntan con el arte, diseño de un largo poema sociológico, estéticamente iluminativo, al eco de un refectorio narrativo.

 Ideas centrales que permiten revisar particulares accesos a los enhiestos del hombre visionario en el eje del mundo.

 La obtención de una arquitectura al estilo representativo de este artista que es capaz de transformar el alma del diseño en obra viva, llegando a amar a lo que se debe amar, a admirar lo que es menester admirar, adquirir lo que habíamos perdido y aprender lo que antes muchos no sabíamos. Formas y fantasías de reflexión para que las expansiones populares sepan por donde anda el juego.

 La obra de este artista creativo en el contexto de la arquitectura es del singular artista visionario que palpita entre la obstinada energía futura. El medio disponible de la forma artística lo dota de consecuencias para el producto de la libertad que lo hace único, a la vez que se preocupa por el elemento social desde la inquietud individual. Mediante el uso de herramientas como el diseño de las IA, Patxi Xabier Lezama erige edificios digitales que se caracterizan por una arquitectura surrealista. Dotado de personalidad creativa nos enseña la arquitectura del futuro.

 

 «La evolución es algo innato al ser, a la sociedad y al propio cosmos, con toques o extrapolaciones que llaman al espectador a adentrarse en un universo incierto pero de una calma absoluta, sin sonidos que desvirtuasen la obra pero con una gran sensación interna de esperanza en la humanidad mediante un gran cambio producido por otra realidad que está por llegar. Algo que es capaz de crear controvertidas sensaciones o sentimientos en nosotros. Algo digno de ser estudiado, referenciado y, por supuesto disfrutado. Una obra elegante y cuidada, con un gran mensaje interior sin lugar a dudas».

Francisco Arroyo Ceballos, forma parte de la Asociación Internacional de Críticos de Arte AICA y la Española AECA.

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