Xavier Fiol: «Existe un cambio generacional en el mundo del galerismo»

Xavier Fiol hace más de 20 años que es un nombre propio del galerismo en nuestra ciudad. Preside  ArtPalma y recientemente acudió a ARCO y ArtLima.

¿Es importante acudir a ARCO?

Sí, claro. Asistir a una feria de arte te otorga visibilidad fuera de la ciudad donde desarrollas tu trabajo y eso es muy interesante. En los últimos años han aparecido nuevas ferias de arte contemporáneo distintas con diversos enfoques. Eso es una herramienta importante a partir de la cual desarrollar nuestro trabajo.

¿Qué es lo que aporta ARCO como feria?

Es una plataforma de difusión nacional de nuestro trabajo. Lo más interesante es que te permite interactuar con agentes extranjeros, ya sean galerías o artistas. De todas maneras, es verdad que ARCO es muy importante pero no resulta imprescindible, ya que también te puedes decantar por otras ferias.

Pero ARCO es un escaparate de relevancia, ¿no?

Eso es una idea importante, pero bajo mi punto de vista tampoco resulta básica. Conozco muchas galerías que no están en ARCO y desarrollan un trabajo estupendo. Sí que es verdad que pasar el criterio de selección de la feria le da cierta credibilidad a las propuestas que presentas. Estar en cualquier escaparate -ARCO u otra feria- es fundamental. Es una manera de posicionar tu obra en el mercado.

 L21 acude por primera vez a ARCO y, además, con el premio Imperial Barceló. ¿Cómo lo valoras?

Creo que existe un cambio generacional en España y el mundo. La entrada de galerías jóvenes en las ferias supone un soplo de aire fresco. Sirven para dar una visión de las nuevas tendencias y de los artistas jóvenes. Hay galerías históricas que cierran, como Oliva Arauna, en Madrid, pero las jóvenes entran. Creo que es un círculo donde nada se pierde. L21 es una galería mallorquina que está realizando un buen trabajo, con resultados muy potentes. Estoy contento con el reconocimiento que supone que la incluyan en la nómina de ARCO.

¿El galerismo mallorquín está de enhorabuena en ARCO?

El galerismo mallorquín es muy profesional y crea envidias incluso dentro del sector. Nos admiran exteriormente por la trayectoria de nuestros espacios. En ARCO la tercera comunidad mejor representada es la nuestra. La presencia de Baleares está casi al nivel de Madrid, que es la capital.

¿Un escenario con muchos galeristas, también se corresponde con un panorama de artistas rico?

Mallorca es tierra de artistas. Esa realidad al final creó unas dinámicas que dieron como resultado un galerismo vocacional como el que surgió en los 80, cuando el panorama artístico era muy variado. Barceló, por ejemplo, hizo que muchos se lanzaran a mostrar sus creaciones.

 ¿Qué queda de ese panorama tan rico de los ochenta?

Las galerías están cerrando por la crisis y por el cambio generacional donde gente joven está abriendo nuevos espacios. Nada es para siempre, pero debemos reconocer el trabajo de los que nos preceden. Ferrán Cano o Maneu, por ejemplo, realizaron una labor admirable.

¿Con que artistas acudiste a ARCO y a ArtLima?

El año pasado hicimos un dúo para acudir a Madrid, pero este año presentamos una nómina de artistas más variada con cinco artistas que consideramos relevantes y constituyen una buena propuesta. Para ArtLima seleccionamos a Santiago Picatoste, Santiago Villanueva, Cecilia Paredes, Herbet Hamak y Tomás Pizá, que está trabajando con nosotros desde hace poco. En ArtLima compra un tipo de coleccionismo emergente. Perú es un país interesante, ya que están ocurriendo cosas en el terreno del mercado del arte, como una serie de ferias nuevas y encuentros.

¿Es posible fracasar en una feria?

Rotundamente, sí. A nosotros nos pasó con Espacio Atlántico de Vigo. La mala economía del momento nos jugó una mala pasada. Participamos dos veces y en la primera nos fue muy bien, pero en la segunda fue en un momento nefasto; era el mismo día que se rescataba la economía portuguesa. Eso paralizó la feria, no se vendió nada. También algún ARCO fue pobre. Eso es un problema, ya que el stand tiene un precio elevado. Para ser justo el funcionamiento de una feria es fruto de unas condiciones económicas que desbordan la feria misma.

 El mercado del arte está muy ligado a la economía, pero también a la política, ¿no?

Sí, claro. Nosotros reclamamos una Dirección de política cultural que no contemple una competencia entre los espacios que son de gestión pública. Este año no hemos tenido Dirección General de Cultura y eso es fatal. Los programas de los museos entran en competencia con las galerías por el tipo de programación que ofrecen. Nos tenemos que reinventar constantemente dentro de las dificultades que entraña un modelo que está cambiando. Las galerías tenemos que inventarnos nuevos formatos. Las relaciones han cambiado y la institución puede ofrecerle al artista cosas que la galería no puede como la publicación de un catálogo. Es difícil que una galería pueda costearlo, y es un instrumento muy válido para mostrar el trabajo de un creador. De todas maneras, a mi me congratula que un artista que represento trabaje con un museo, pese a que hoy en día los museos compran poco.

 ¿Cómo ves los museos de la isla?

Es Baluard es un centro que funciona con un presupuesto muy ajustado, pero los proyectos los saca adelante dignamente. Eso tiene mucho mérito. La directora está trabajando mucho y eso se nota.

 Otra de las cosas que me sorprende es la existencia de dos asociaciones, ¿no sería más lógico tener los intereses del sector unificados?

La segunda asociación surge porque hay una serie de discrepancias. La diferencia fundamental es como se entiende la tarea del estar asociado; si es algo gremial o de promoción de la cultura. Esta última idea es la que defendía ArtPalma y fue necesaria la creación de dos asociaciones con finalidades divergentes. Puede suceder que al final deje de tener sentido estar divididos. Addaya y L21, por poner un ejemplo, ya están dentro de nuestra asociación. Las diferencias se están mitigando y espero que todos rememos del mismo lado.

ArtPalma tiene dos proyectos: el ArtBrunch y la Nit de l’Art

Son dos bastiones de la cultura en la isla. La Nit de l’Art lleva ya 18 ediciones, mientras que el ArtBrunch suma una década. Son eventos que tienen mucha demanda social. Este año estamos valorando hacerlo más días, y no sólo el sábado. El jueves y el viernes queremos darle un perfil profesional, con ponencias que nos ayuden a crear un verdadero festival. Es una manera de trabajar contra la masificación que no nos permite trabajar ya que nos encontramos divididos entre el público y nuestra propia clientela.

 El PalmaPhoto, el otro proyecto estrella de ArtPalma, ya tiene formato de festival, ¿cómo lo valoras?

El PalmaPhoto es otro de los aciertos de ArtPalma. Creo que supimos darle una forma adecuada al convertirlo en festival, con un gran número de actividades paralelas y no concentradas. Fernando Gómezdelacuesta llevará de nuevo la dirección del festival como en las anteriores ediciones. Las propuestas que realizamos están pensadas para traspasar las fronteras. Los rotativos nacionales se hicieron eco de nuestro trabajo.

 ¿Qué programa de los del PalmaPhoto es más exitoso o tiene más incidencia?

El programa más exitoso de los que planteamos en el PalmaPhoto es el de los opis. Llenamos las paradas con imágenes de diferentes fotógrafos. Otra acción que también gustó mucho es la de las intervenciones en los escaparates de diversos bares y comercios. Era una manera de llegar al gran público y que el arte escape de las galerías y vaya al encuentro de la ciudadanía. Es una manera de ganar en visibilidad. De esta manera reforzamos la idea de la que partimos, que es la de colaboración con diversos artistas y espacios.

 Con tantos proyectos exteriores, acciones en la calle y otras propuestas, ¿no perdemos la importancia de la galería?

La galería de arte es un agente fundamental pero debe de ampliar su red de comunicaciones. Esto sucede porque el mundo está cambiando. Desde ArtPalma buscamos esa visibilidad y una imagen transversal del mundo del arte.

Estamos al borde de las elecciones, ¿qué medidas en el ámbito de la cultura le pediría a quien resulte elegido?  

La petición que le haría a cualquier político es que creara un consejo de las artes donde se pudiera reunir el sector. Es una idea que lleva tiempo rondando pero que al final no se materializó. Sería un espacio muy útil donde poder trazar las líneas maestras de la legislatura fijando un norte común. Es necesario un marco general para que nos beneficiemos todos.

Por Marcos Augusto / Foto Gori Vicens

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *