UNA CARTE BLANCHE CON ACUSE DE RECIBO

Es Baluard cursó una invitación al escritor Agustín Fernández Mallo. Una carta blanca para recolocar la colección aportando una nueva lectura de la misma. En DP hablamos con este creador, que nos confiesa que actualmente está trabajando en un ensayo sobre estética 

Explícame un poco que es la carta blanca y como te planteaste el proyecto

Al invitarme, la directora de Es Baluard Nekane Aramburu me comenta que quiere poner en marcha un proyecto que está en muchos museos de España y del extranjero. Consiste en invitar a alguien que no pertenece propiamente al mundo de las artes plásticas pero que tiene una relación tangencial.

Cual fue tu trabajo. ¿Partiste sólo de la colección?

Sí, casi toda la exposición parte de obras que ya estaban expuestas. No es obra externa, lo que intento es realizar una nueva lectura o un nuevo itinerario. Lo que yo entiendo como un nuevo relato.

¿Cómo te enfrentas a la creación de este nuevo relato a partir de las obras existentes?

Al principio lo vi como una empresa titánica, pero cuando empiezo a ver el material me doy cuenta de que hay algo que veo claramente las líneas por las que debo trabajar. Comienzo con la duplicación celular, que es lo que me sirve de partida.

¿Cómo es eso de la duplicación celular?

El arte va mutando aparentemente en objetos iguales como hacen las células, pero son cambiantes. Como novelista me fijo en los detalles y los amplio hasta llegar a resultados generales. Al ver la película «Secreto de la Pedriza», que es una cinta de cine mudo que está en el fondo del museo, me doy cuenta de que en un fotograma sale Es Baluard. Es decir; mientras yo estoy dentro del museo lo veo proyectado en una pantalla. Para mi eso es tremendamente interesante.

¿Te viste duplicado, como una célula?

Exactamente. Me planteo que mi trabajo puede ser ubicar las cartelas del la película junto a las piezas de la colección para explicar la historia del arte del XIX al XX contenida en Es Baluard. El argumento de El Secreto de la Pedriza es anodino, pero descontextualizadas y puestas en las obras dan otras lecturas.

¿Incluiste muchas piezas que no estaban en Implossió?

Las piezas están son las que estaban expuestas junto a algunas del fondo. No quise truco. Distribuí de una manera las piezas que dieran una nueva lectura, pero a partir de las piezas existentes.

En la última sala se escenifica lo que para mi es fin de la duplicidad y a la vez el fin del siglo XX y comienzo del XXI. Con tres piezas -una de Bernardí Roig, una de Pilar Montaner y una serie de Picasso- intento recrear el 11-S

Por Marcos Augusto / Imagen Gori Vicens

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