El artista catalán Jordi Alcaraz (Calella, 1963) regresa al Centre Cultural Contemporani Pelaires, después de una interrupción de cuatro años, -la última exposición fue en el 2011- Con una exposición que parece realizada con unas manos blancas, invisible que debe de ser escrutada de forma sesgada. Una instalación ordenada sin muebles ni vitrinas, hecha sin hacer ruido, en voz baja «Veues Baixes».
Alcaraz vuelve para hablarnos del desajuste de los sentidos: las obras son como aquellos reptiles de coloración mimética que ocupan todo el terrario y no son visibles si no en una segunda observación. Este hecho provoca que tengamos la necesidad de acercarnos, nos hace desconfiar de la propia percepción y fijarnos en la relación inédita y sorprendente entre las cosas.
Pelaires Centre Cultural Contemporani
Can Verí, 3
Hasta el 28 de febrero
